35 semanas y media – Un manual de maternidad hasta antes de dar a luz

Tengo 35 semanas y media de embarazo y hoy es mi día de mudanza. Sí. Necia, terca, caprichosa y todo lo que quieran decirme, pero la verdad es que prefería mudarme antes de que nazca mi peque. Sino todo iba a ser el triple de complicado. Año nuevo, vida nueva, hija nueva. Así que como verán, empieza un nuevo capítulo en mi vida y ¡estoy tan lista para recibirlo!

 

Venía viviendo en esta casita en Surquillo desde hace 4 años y medio, pero la verdad es que últimamente la situación se había tornado realmente insoportable. Me da pena irme de aquí, porque aquí fue donde vi crecer mi estudio y han pasado tantas cosas que si las paredes tuvieran boca, no se cansarían de contar innumerables historias. Pero al ser una casa compartida, escucho todos los días los alaridos de los vecinos que tengo en el segundo piso. Entre ellos, una mamá que le grita todo el día a su hija (que además cada vez que se le ocurre, sale por su “balconcito” que da a mi patio a tirarme basurita a pesar de que le pedí ya en varias ocasiones que no lo hiciera) y las 3 hijas de la otra vecina, además de los conciertitos que me arman los papás, ambos músicos. No me malinterpreten, AMO a los bebés y niños y la música, pero empecé a pensar en lo que se me viene a mi y la verdad es que no veía viable escuchar a 5 niños llorar y gritar juntos día y noche, además de conciertos de música cristiana y rock todos los fines de semana. Jajaja, ¡¡¡me siento el grinch!!! Pero francamente hay momentos en que una necesita silencio y tranquilidad. Sobre todo cuando durante los próximos años de mi vida los alaridos serán de mi hija (y seguramente mios también!). Supongo que fueron mis hormonas de embarazada las que aceleraron este proceso, porque todo lo que les vengo contando es algo con lo que conviví los últimos 2 años. Tampoco quería seguir aguantando a la dueña de la casa que cada vez se ponía en una actitud más invasiva, insolente e insoportable. Además de aumentarme la renta constantemente y aún así no darle el mantenimiento adecuado a la casa, motivo por el cual se iba la luz y el agua constantemente, además de tener invasiones de cucarachas y otras tantas cosas… Ah, claro, y encima de todo, 6 construcciones de edificios de más de 15 pisos en menos de 5 cuadras a la redonda. Sumado a que Surquillo siendo Surquillo ya es una zona medio caliente con una cantidad de robos en las cuadras aledañas que cada vez me daba más miedo. Todo en paralelo. Ajá. Como verán, tenía que mudarme si o si.

 

Mi nuevo depita está en Miraflores. Justo en el malecón. Con una vista increíble al mar (tuve una suerte increíble para conseguirlo). Ya les iré contando cómo va todo. Pero mi cálculo es que de hecho seré más feliz que aquí 🙂

 

Por ahora todo bien con la pancita. Aunque es notorio el cansancio que conllevan mis 8 meses de embarazo. Cada vez falta menos para recibirla y creo que ya tengo todo listo. Me ha agarrado “el síndrome de nido” más fuerte que de costumbre, porque ya de por si yo soy medio maniática del orden y la limpieza… Aunque la verdad es que me estoy tomando las cosas con calma e iré viendo de comprar lo que sea necesario en el momento en que lo necesite. Mi idea es no enseñarle a ser consumista, sino a ser feliz con las cosas pequeñas de la vida. Así que de ropa y juguetes, lo mínimo indispensable. A cuidar nuestro planeta, así que a usar pañales ecológicos y a consumir la menor cantidad de plástico posible, a querer a los animales, a respetar a los demás, y sobre todo a ser feliz.

 

Me emociona y me aterra ser responsable de la educación de una persona. Hay tantas cosas que quiero enseñarle, tantas que quiero que no aprenda, tantas que quiero que se invente solo para que ella sea feliz y la gente a su alrededor también. Siento toda esta responsabilidad enorme frente a mi que además me da un sentido de absoluta pertenencia: mi hija mia de mi, y sin embargo sé que ella no será de nadie más que de ella misma y de su voluntad. Así que me toca enseñarle a ser independiente, a ser fuerte, resiliente y tenaz. Pero ¿cómo? Espero poder tener yo la entereza y constancia para hacer esto posible.

 

Hace tiempo vengo pensando que cuando una se entera que está embarazada, no tiene ni idea de dónde está parada (a menos que haya estado buscando el embarazo por un buen tiempo), así que en mi experiecia, estas son algunas cosas que tendríamos que saber/hacer desde que nos sospechamos que tenemos un frijolito en la panza:

 

1.- Hacernos las pruebas necesarias ante la menor sospecha de embarazo: ¿por qué? Para tener tiempo de reacción! Dejar pasar los días si sospechamos que estamos embarazadas nos juega en contra. Lo ideal es hacernos la prueba de sangre (cuantitativa, para además saber cuánto tiempo tenemos de embarazo) lo antes posible. Esto nos va a ayudar a tomar todas las decisiones que devienen de tremendo notición. Además de empezar a ordenar nuestras finanzas y hacer planes para los próximos meses. Yo creo que una nunca está realmente preparada para ser mamá, así que mejor tomar ciertas previsiones. Por ahí también sería bueno, aunque seguramente tu doctor te lo va a recomendar, que te hagas pruebas de sangre y orina para ver que todo esté OK. Una primera ecografía se puede hacer desde la 5ta semana del embarazo para asegurar que hay embrión y que está en el útero. ¡Mamá precavida vale x 2!

 

2.- Buscar un doctor con el que nos entendamos bien y que respete nuestras decisiones. Así sea que decidan hacer un parto en casa, siempre es bueno tener a un doctor que nos haga el seguimiento del embarazo para verificar que no existan compliaciones. Yo lo que hice cuando me enteré que estaba embarazada fue averiguar en qué clínicas mi seguro cubría al 100%, en dónde había UCI neonatal en caso de alguna ocurrencia y dónde había un doctor que me recomendaran a ojos cerrados. Cuando me enteré que estaba embarazada empecé con un doctor en una clínica. No me sentí cómoda y me moví a la Santa Isabel con Villavicencio. Un genio. Desde la 8va semana de embarazo estoy con él y no lo cambiaría por nada del mundo. Nuestros instintos son el mejor punto de referencia para lo que sea. Pero siempre hay que consultar con un profesional.

 

3.- Entra a grupos de mamás en Facebook como para ir empapándote del tema. La ventaja que tiene nuestra generación es tener internet. No solo para comprar todas las cosas del baby sin tener que viajar, sino además para poder leer al respecto de muchas cosas y sobre todo para conectarnos con personas, que como nosotras, están repletas de dudas y quienes luego se convierten en una especie de grupo de apoyo. Básico!

 

4.- No te vuelvas loca con las compras. Los bebés realmente no necesitan tanto. Organiza bien tu baby shower y espera a ver qué NO te regalan. Sé MUY específica con lo que necesitas que te regalen. Yo armé listas en Ripley, Saga, Infanti y Baby Cuy. Al final me regalaron un montón de ropa rosada (no es mi color preferido) y de las cosas necesarias solo el cochecito y un bouncer. Así que terminé comprando los biberones, el car seat y otras cosas que sé que sí necesitaré desde que nazca mi gordita. Para mi qué es imprescindible tener antes de la llegada de la bebé: pañales (estos sí desechables) para ella talla RN para cuando estemos en la clínica, pañales para mi para cuando estemos en la clínica (después del parto hay que seguir expulsando el contenido del útero… o sea, una MEGA regla que dura hasta semanas según lo que he oído). Mantitas, babitas, medias, bodies y pantaloncitos. De los más básicos y poco, porque los bebés crecen tan rápido que dejarán todo al toque. Un par de biberones por si la lactancia materna no fluye desde un inicio, por ahí tal vez un par de chupones. El asiento del carro, un cochecito ligero y una tinita para bañarla. Sostenes de lactancia y paños absorbentes para no mancharnos el polo. Y ya. ¿Qué más sugerirían ustedes?

 

5.- Aliméntate súper bien, toma mucha agua y tus vitaminas. Empecé con ácido fólico, y luego me dieron Gestavit. Como muchas frutas y verduras, y los doctores me recomendaron comer proteína animal como leches, huevo y carne roja (esta última al menos dos veces por semana). Lo ideal es no subir tanto de peso para evitar la preemclapmsia, diabetes gestacional y otras complicaciones que puedan presentarse durante el embarazo. Yo visité a una nutricionista para poder mantenerme dentro del aumento de peso regular y sobre todo poder mantener a mi bebe saludable. De hecho me doy mis gustitos de vez en cuando, pero sin exagerar.

 

6.- Ten el maletín para la clínica listo desde la semana 30, como para que por cualquier cosa, alguien que pueda darte una mano te lleve las cosas a la clínica en caso de emergencia.

 

Y ya, esto es lo que puedo recomendarles. ¿Qué tal si seguimos haciendo el Manual de Maternidad? Yo seguiré poniendo mis experiencias conforme me vayan sucediendo las cosas. Si tengo tiempo y mi gordita me deja… jajaja 😛

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