Chihuahuas Perritos recién nacidos fotografia de mascotas Lima Perú

Nuestros hijos de 4 patas

Si hay algo que siempre me arregla el día cuando estoy triste es ver fotos de perritos, o videos de rescates… o cualquier cosa con animalitos 😀 Así que imagínense mi alegría cuando hice estas fotos de perritos recién nacidos 🙂

 

El amor por nuestras mascotas no lo entiende nadie más que nosotros y otras personas que tienen mascotas y las quieren como si fueran hijos. Y es que nuestros peluditos de 4 patas se ganan nuestros corazones y son parte de nuestra familia. Por eso nunca entenderé a la gente que abandona a sus mascotas, o a esa gente de m…da que maltrata a los animales. Es importante inculcarle a nuestros hijos el respeto por la vida desde que son pequeños.

 

No puedo contarles las ganas que tengo de adoptar otro perrito! Desde que se me fue la Negrita el año pasado, muero de ganas de tener otro cachorro en casa. Y de verdad todas las noches me pongo a ver las páginas de centros de rescate, albergues y rescatistas y me muero de ganas de llamarlos y adoptar una perrita. ¡Si por mi fuera tendría mi casa llena de más gatos y perros!

 

Claro, tenemos 3 gatitas, pero tener un hijo canino es diferente. Vera ama a nuestras gatas, pero ellas no aguantan mucho cariño y después de un rato de aguantarle los mimos, se van corriendo y se suben al techo de la casa. jajaja

 

En fin, el hecho es que La Negra se me murió ya de viejita y de enfermita en Febrero del 2020, y ahorita quisiera darle un hermanito canino a Vera. Pero la coyuntura actual hace que me mucho miedo adoptar, porque es una gran responsabilidad. Tener una mascota de manera responsable implica tenerlos con las vacunas al día, desparasitaciones, visitas periódicas la veterinario, una alimentación balanceada y demás obligaciones que por el momento me cuesta muchísimo asumir. Y Vera cada vez que ve un perro por la calle se vuelve loca y lo quiere agarrar.

 

En fin, ya habrá oportunidad…

 

Mientras tanto, les dejo algunas fotos y el video del detrás de cámaras de una sesión de cachorros newborn para alegrarles un poco el día 😀

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Fotografía de Mamás dando de lactar Lima Perú Natalie Rocfort

Semana Internacional de la Lactancia Materna

¿No les ha pasado pararse de la cama en medio de la noche y sentirse totalmente solas? A pesar de tener a la familia, a los hijos, al esposo/no esposo al lado… a veces una se siente super sola. Como si fuésemos nosotras contra el mundo… A mi me pasó algunas veces, y en esos momentos lo único que me consolaba ver a mi hija y decirle en voz bajita: «tu y yo podemos contra el mundo, siempre juntas». Luego me preguntaba si había tomado una buena decisión apartando al progenitor de Vera de la «figura familiar» (mi respuesta siempre ha sido «si, fue una buena decisión»). Y me preocupaba que esas angustias y estrés hicieran que se me secaran las chichis y que no tuviera más leche… pero felizmente eso no pasó. Luego lloraba un rato antes de volver a echarme a dormir.

 

Este año, como el año pasado, me provocaba repetir la experiencia y volver a convocar a un grupo grande de mamás lactantes a reunirnos en un parque y a hacer una gran foto en exteriores y con mucho verde alrededor, con una gran mancha de mujeres hermosas, celebrando la semana internacional de la lactancia materna. A lo mejor el próximo año hacemos una foto así pero en mi estudio de fotografía. ¿Qué les parece? A hacer mini sesiones de fotos de lactancia todas juntas y luego cada una por separado.

 

Pero una vez más el Covid me jugó una mala pasada y una vez más no pude hacer la convocatoria.

 

Lo que sí, es que unas semanas antes de todo esto, convoqué a un grupo lindo de mamás a mi estudio a hacerse fotos de lactancia y que nos contaran sus experiencias. ¿El objetivo? ¡Saber que no estamos solas! La maternidad puede llegar a ser muy solitaria a pesar de tener a gente visitándonos todo el tiempo. Entonces qué importante es conectar con otras mamás y hacer tribu. Qué importante es conectar con otras mamás y compartir experiencias, y así de alguna manera sentirnos acompañadas. Que lindo es poder conocer las experiencias de otras mamás que han logrado la dura tarea de continuar con la lactancia por el tiempo que su cuerpo y mente le permitieron.

 

Por aquí les dejo este primer video de Maria Ximena, ¿y cómo fueron sus experiencias con la lactancia?

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¿Y ahora quién podrá defendernos? – Segunda cuarentena

Han pasado dos años, y entre una y otra foto no solo hay una gran diferencia en Vera (que ahora ya sabe abrir las puertas, contar hasta diez y todos los días me sale con palabras nuevas), sino también en mi. Como mujer, nunca hubiera creído lo difícil que es ser mamá. Como mamá, nunca hubiera creído lo difícil que es ser mujer.

 

Así que no, no es fácil. Es de hecho, el reto más difícil que he asumido en mi vida (y miren que hice un MBA habiendo estudiado comunicaciones… jajaja).

 

De hecho, si hubiera sabido que ser mamá iba a ser así, me lo hubiera pensado muchísimo más. Y tal vez lo hubiera dudado… tal vez hubiera querido esperar a conocer a alguien que se mereciera ser su papá. PERO la verdad es que nunca se está totalmente segura, ni preparada. Por otro lado, a mis 34 años, si me volvía a sentar a esperar a esperar a conocer a alguien, me iban a salir raíces. Nunca he tenido buena suerte con los hombres… o tal vez es que el tiempo y la vida me han enseñado a no conformarme a lo poco que ofrecen… esto también creo que sería motivo de otro post…

 

Ser mamá es duro y muchas veces solitario. Si a eso le suman ser mamá soltera sin apoyo de un papá, intentar mantener un negocio propio a flote, la pandemia, el encierro y la incertidumbre a la que nos ha sometido este gobierno con sus cuarentenas que se extienden sin un horizonte claro… Mantenerme cuerda y con una sonrisa en la cara es sencillamente el reto más complicado de este último año en pandemia, que más parecen 10…

 

Así que vengo pensando hace justamente dos años en escribir una especie de «manual de maternidad» pero sin romanticismos ni vaselina, en el que me contaran algunas cosas de las que nadie habla. Estas son algunas cosas que me hubiera gustado que me digan:

 

1.- Si vas a ser mamá soltera, asegúrate de no necesitar al padre para NADA. Ni económica ni emocionalmente. Y si va a haber padre presente, que puedan tener una relación de amistad sana y con acuerdos, para que no sea un infierno de toxicidad. Aunque creo que esto también aplica para parejas con hijos ^_^ La idea romántica de la figura paterna saludable y siempre presente, hoy en día es más un albúr que una realidad. Le duela a quien le duela.

 

2.- Piensa bien cómo vas a afrontar la explicación con tu hijo sobre la figura paterna porque por todos lados se sigue reforzando la imagen de la “familia – Feliz” y “completa” que incluye a los padres. Yo a mi hija ya le empecé a decir que en nuestra familia tenemos un montón de tíos y tías que la adoran, pero que en nuestra familia por ahora no hay un papá y que eso está bien. Aunque ahora que lo pienso, esto también aplica a familias que empiezan como familias, y que luego tiene un padre que trabaja demás… o que se consigue otra familia… tema largo que también va para otro post.

 

3.- Asegúrate que si decides tener un hijo, no sea por motivos tan idiotas como «porque todos tienen hijos», «se me pasa el tren», «el reloj biológico», «porque todas las parejas los tienen» o motivos por el estilo. Porque si tener un hijo no es fáciil, sentirse feliz por obligación es una tarea imposible.

 

4.- Tampoco los tengas porque siempre lees a todas tus amigas hablar sobre el amor maravilloso e infinito de los hijos. Porque SI, es el amor más puro e increíble que conocerás en tu vida, pero para recibirlo, también debes ser capaz de darlo con paz y salud mental. Sino los hijos se vuelven una especie de flotadores emocionales que terminan cargando con un peso que no les corresponde…

 

5.- Sentirse mal está bien. Estar cansada está bien. Necesitar un alto y hacerlo, está bien. No hacer todas las cosas que están en tu lista está bien. No ser una wonder woman está bien. Tener la casa sucia, los platos sin lavar, la ropa tirada, no le hace daño a nadie de vez en cuando. Nada de esto te hace mala madre. Es de valientes reconocer que hay algo que arreglar, y tomar las medidas necesarias. Tomarse un descanso, dejarse caer y luego levantarse, es necesario.

 

6.- Si necesitas ayuda, grita. No te quedes callada.

 

7.- Rodéate de mamás que te sumen, no que te critiquen porque aún le das la teta, aún no le quitas el pañal, aún duermes con tus hijos. Rodéate de personas con quien puedas compartir y que estén dispuestas a retribuirte la misma calidad de amistad que tienes hacia ellas. Con los años la cantidad de amigos disminuye, pero la calidad aumenta.

 

8.- Recuerda que vienes a este mundo a ser feliz. No a ser complaciente.

 

9.- Haz al menos un curso de primeros auxilios.

 

10.- Ten siempre al menos una botella de tu licor de preferencia y una barra de chocolate en tu alacena. Y hazte a la idea que puedes romper el vidrio en cualquier caso, no solo en emergencias… ^_^

 

Por ahí tengo varias más, que ya

 

En fin, se leerían un libro así?

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Continúa la cuarentena

Mañana Vera cumple 1 año 3 meses. Y hoy acaban de anunciar que la cuarentena se ampliará 13 días más. Con lo que es poco menos de un mes que vamos a estar en casa sin salir. La que menos está en modo #memuero y #ahoraquehago. Si sumado al estrés de no salir añaden a una niña de poco más de un año con mamitis/tetitis y a la que le están saliendo dientes… ya se imaginarán que tienen un coctel bien simpático. Si no fuera por todos los pelos que se me cayeron por la lactancia, me los estaría arrancando yo por estar al borde de la desesperación…. Pero caballero, es lo que toca.

Cuando me enteré que estaba embarazada (hace ya casi 2 años) empezó a invadirme el miedo. Miedo a muchas cosas como hacerle frente a la maternidad por mi misma, a si sucedía algo durante el embarazo, si le iba a generar traumas a mi hija con una mala crianza. Pero nunca se me ocurrió que pasaríamos por una pandemia mundial. Vamos… de verdad ¿a quién se le podría haber ocurrido?

 

Lo cierto es que unos días antes de que empezáramos a oír sobre el coronavirus, yo habìa comenzado a ver un documental en Netflix que se llama “Pandemia”. No les recomiendo verlo ahora que estamos en esta coyuntura, dicho sea de paso. La pregunta en este documental no era si volveríamos a pasar por una pandemia como en décadas y siglos anteriores… sino cuándo iba a suceder. Pero claro, nosotros los peruanos que hemos y seguimos conviviendo con brotes de dengue y malaria, tuberculosis, que sobrevivimos al cólera de los 80s y 90s, a los gobiernos de Alan García, al terrorismo, al Fujimontesinismo… ¿qué íbamos a imaginar que este maldito virus reloaded sería como el peor de los joeputas villanos cinematográficos y que se expandería tan velozmente por todos lados? Por una vez, la tecnología nos da tremendo jaque mate, porque sin aviones la expansión no sería lo que es hoy en día. Lo que sí, la Madre Tierra se está dando un buen respiro de nuestra plaga llamada humanidad. Ojalá ese respiro no tuviera que ser tan ocasional ni tener un motivo tan nocivo para el humano como especie.

 

HOWEVER, e intentando ver las cosas por el lado amable (porque sino seremos presas del pánico colectivo) tener dos semanas más de aislamiento social frente a nosotros, aunque se puede convertir fácilmente en un motivo de desasosiego no sólo por la posibilidad de caer enfermos, sino además por las consecuencias económicas que esto está teniendo para TODOS, debe motivarnos a respirar bien profundo (recomendaría que empiecen a meditar si no lo han hecho antes) y a continuar el camino que nuestro gobierno ha trazado para poder superar esta crisis. Les guste o no, esto es por el bien común y hay que acatarlo. AJO Y AGUA, señoras y señores. Ajoderse y aguantarse… Finalmente en Perú la cosa aún no se descontrola, y es tarea de todos que esto siga así. Sabemos que todos queremos desquitarnos y largarnos a la playa y abrazar a toda la gente que queremos. Pero creo que a partir de hoy vamos a tener que ser más japoneses y menos latinos.

 

Leí un artículo muy interesante en el que comentaban que la tasa de contagio y mortandad en Japón es una de las más bajas en el mundo. Y exploraban la posibilidad de que esto fuera por las maneras sociales de los japoneses: ellos no dan la mano y menos besos para saludar, y además mantienen una distancia entre personas de por lo menos un metro. Sino recordemos al señor Miyagui, la clásica Oyuqui, Oshin… o cualquier novela, serie o película de su preferencia de origen o referencia japonesa. Hai!

 

Aquí viene la pregunta del millón: ¿qué más hacer durante los próximos 15 días? Agarren un libro, vean una serie, empiecen una rutina de ejercicios, jueguen con los juguetes que tenían por ahí tirados y que no agarran por falta de tiempo en la “regularidad” del tiempo. Hagan manualidades, dibujen… sigan limpiando. Y sobre todo pasen tiempo de calidad con sus peques.

 

Peace out.

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Maternidad en la época del #CORONAVIRUS

Día 2 de #aislamientosocial.

 

Estoy aprovechando en ordenar mis papeles. Despertarme temprano y leer el libro que tenía en mi mesa de noche. Revisar correos, whatsapps. Sacar los papelitos de mi billetera. Cocinar rico. Estoy aprovechando en jugar con Vera un poco más de la cuenta, porque con el juego y los apapachos no hay exageraciones. En estos días limpiaré ventanas, arreglaré los cajones y las despensas, lavaré ropa, moveré las camas para pasar la aspiradora. En resumen, estamos aprovechando los días en casa para hacer todo eso que en el día a día se hace imposible por la velocidad con la que hay que vivir. Todo esto, sabiendo que allá afuera la cosa está brava. Y que quedarse en casa es una medida de prevención que hay que tomarse bien en serio. Que el #coronavirus, aunque con una mortalidad bastante baja en comparación a otros virus, está afectando a miles de personas y que la única manera de contenerlo es poniendo al mundo en cuarentena. No es ser alarmista, es ser solidario.

 

Ser #mamá es una de las cosas más aterradoras que me ha pasado en la vida. Antes de tenerla era una mujer valiente, aventada, sin muchos temores. Pero desde que salí embarazada todo me da miedo. No me malinterpreten. No son fobias. Es que todo lo que nos rodea representa una amenaza en potencia. Tengo miedo por todo de lo que tengo que proteger a mi hija.

 

Yo nunca he sido demasiado metódica con la limpieza y el orden. Es decir, dejo que Vera se tire al suelo y agarre la tierra de nuestro jardín. Que duerma con mis gatitas y con la Negrita cuando aún vivía. Dejo que se moje con la manguera cuando hace calor, y no me da el soponcio cuando la veo metiéndose algo a la boca (aunque obvio sí intento ver qué es y sacárselo). Pero saber que hay un virus dándole la vuelta al mundo y que lo único que podemos hacer es quedarnos en nuestras casas y lavarnos bien las manos, me da una sensación de desesperanza que no sé si alguna vez me podré quitar de encima. Intento respirar profundo y tomarlo con calma, pero lo cierto es que el coronavirus es solo la cereza que decora el pastel. Es terrible que una cosa decante en otra y estar escribiendo esto que tal vez pueda ponerlas más intranquilas, pero creo que esta cuarentena debería servir también como un espacio de reflexión. Todos los días se ven barbaridades por todos lados. No solo robos, violencia y corrupción política. Sino violaciones, asesinatos, guerras, el cambio climático… ¿Qué mundo le estamos dejando a nuestros hijos? ¿En qué mundo nos hemos acostumbrado a vivir, mirando al lado cada vez que vemos que algo malo está sucediendo? ¿Tan ciegos estamos que nos limitamos a seguir mirando la pantalla de nuestros celulares mientras que afuera la cosa está tan podrida?

 

¿Es cierto que una sola persona no puede cambiar el mundo? Me atrevo a decir que esto no es cierto. Sí que hay personas que pueden cambiar el mundo con sus actos. Y somos todos nosotros. Aunque tal vez no sean grandes actos heroicos, aunque no salvemos elefantes, o creemos máquinas que limpien los océanos. Aunque lo que hagamos tal vez no se publique en redes, ni sea reconocido por las masas, sí podemos hacer cosas pequeñas para cambiarle el mundo a nuestros pequeños. Para cuidar a nuestras familias, a nuestras comunidades. Cosas que harán que nuestros hijos sean personas de bien, solidarias, empáticas, responsables. Y no estoy hablando solo de ordenar su ropa y hacer sus tareas, sino de ser socialmente responsables. Podemos modificar nuestras acciones para que nuestros hijos aprendan con el ejemplo. No tiren basura en la calle, recojan las caquitas de sus perros, no estacionen donde no deberían, aprendan a compostar, separen sus plásticos, no sean consumistas. Cuando vean a alguien haciendo algo que no es correcto, háganselo saber, ayúdenlos a corregir sus errores así protesten o se arme un lío en la calle. Dejen de mirar a otro lado. Hay ¡TAAAAANTO! por hacer…

 

El coronavirus es un virus que poco a poco se podrá controlar y en su debido momento llegará a su fin. Con paciencia, con amor y sobre todo haciendo caso de las medidas que se están tomando para aplacarlo.

 

Pero hay cosas más grandes e importantes que también están sucediendo en el mundo y a las que debemos de hacerles caso, como le hemos puesto atención al control de esta enfermedad. ¿No les parece?

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